París (1): ORÍ, orá, cada día te quiero más

Pero tú a mí no. Querida ORI, tú a mí no. Me pierdes el contrato de estudios que envío, me haces enviar otro, me dices que no vale porque tiene el logo de la universidad de destino y no el de la UC3M (los contratos de estudios están unificados para toda Europa, es lo que tiene ser europeo, pero para la Carlos3 somos europeos ahora sí, aORÍ no), me pierdes la propuesta de convalidaciones. Y encima me respondes a los emails tarde. Jo, el cariño no es mutuo. Y duele.

Les cuento. Yo pedí la beca para París. De hecho, de lo que menos me arrepiento es de haber elegido esta ciudad. Se la recomiendo a todo el mundo. Ahora, que estudiar en la Sorbonne Nouvelle me ha cambiado la vida. Sí, sí, como lo oyen. Estoy por salir en uno de estos anuncios de la teletienda, estos de fajas reductoras, y decir: la Sorbona y la ORI me han cambiado la vida. Un antes y un después crucial.

En efecto, además de lidiar con la ORI madrileña también me ha tocado pelear con la universidad parisina. Y es que mi situación como erasmus ha sido un poco especial. Especial porque, durante el primer cuatrimestre, viví un bloqueo universitario que ni Carlitos el de Cuéntame. Así que, dos meses sin clase y luego exámenes apelotonados, sin ni siquiera informarnos.

Pero ahora viene lo mejor, señores. Analicemos un poquito. ¿La Oficina de Relaciones Internacionales de qué se encarga? Precisamente de eso, dirán. Pues una compañera y yo decidimos enviar sendos correos informando de nuestra situación (ya que en la Sorbonne no nos informan de nada, recurramos a la ORI, que para eso existe, digo yo). Me imagino cuando recibieron el correo la siguiente conversación:

- ¿Alumnos? ¿En París? ¿París existe? Nosotros tenemos tres alumnos estudiando en la Sorbonne Nouvelle de Teruel, pero no en esa ciudad inexistente.

Y lo del fantástico e inigualable contrato de estudios, otro cantar. Se lo envié por fax, dentro del plazo establecido. Les escribo un correo para que me confirmen si lo recibieron. Ninguna respuesta. Hasta un mes después. Y en ese correo me decían: No hemos recibido ningún documento tuyo. ¡Te damos un voto de confianza para que nos lo envíes otra vez!

Y se lo envié otra vez. No quería desaprovechar ese voto de confianza, hombre. Cómo desaprovechar esa oportunidad. Y otro email para decirles que me respondieran si lo habían recibido. A las dos semanas recibo una llamada al móvil. Escucho una voz, un becario, supongo:

- Te llamamos de la ORI. No tenemos tu propuesta de convalidaciones. Y tu contrato de estudios no nos sirve. No tiene el logo de la Carlos3, sino el de la Sorbonne Nouvelle.

- ¿Eh? A ver, ¿si os envío otro contrato de estudios con el logo de la Carlos3 sí sirve? Pero si en ese pone lo mismo, las mismas asignaturas, lo único que cambia es la parte de arriba. Y la propuesta de convalidaciones os la he enviado dos veces por fax.

- Mmmm...poslahabremosperdio.

¡Genial! Por el acento y esa gran frase en bloque deduje que el becario era al menos de mis tierras sureñas, así que no había tenido problemas de comprensión. Síiii, gritemos todos, poslahabremosperdioooo. Si lo dices con soltura sonará gloriosoo, supercalifragi...upss no: "poslahabremosperdio". Mary Poppins, ¡modernízate ya! Finalmente, tras un envío por correo, el tema se solucionó. Recibí la matrícula y estaba correctamente matriculado. Menos mal.

Y mi pregunta es...¿habrá un limbo de contratos de estudios donde todos vivan en absoluta felicidad? Por el momento, les digo a todos los getafenses que no se asusten. No se asusten si alguna mañana ven a un individuo con guitarra en plan lolailo cantando. Es mi forma de declararle el amor a la ORI. Chunguito, chunguito.

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Universidad de destino: París 3 Sorbonne Nouvelle, París, Francia.

Nombre: Sergio Garrido Pizarroso
Período: Primer y segundo cuatrimestre de 2007/2008.
Problemas: Pérdida del contrato de estudios y de la propuesta de convalidaciones correspondientes al primer cuatrimestre. Emails sin respuesta. Ignorancia de la situación de sus alumnos durante su estancia Erasmus. Desinformación.